Solar Orbiter será lanzada en 2017 para conocer cómo se producen las eyecciones de masa coronal en el astro rey y poder prevenir las tormentas solares.

La misión se llama Solar Orbiter y se acercará al Sol más que ninguna otra lo haya hecho jamás. Está diseñada por la Agencia Espacial Europea (ESA) para realizar los mayores descubrimientos en la comprensión de cómo el astro rey influye en su ambiente, y en particular, para conocer más sobre un fenómeno cada vez más inquietante en la nueva fase de actividad solar: cómo se producen las tormentas solares y cómo las partículas de estas eyecciones alcanzan a otros planetas, incluida la Tierra. El lanzamiento de la sonda se producirá en 2017 desde Cabo Cañaveral con un vehículo Atlas de la NASA. No es la única misión que ha aprobado la agencia espacial. Otra, prevista para 2019 y llamada Euclid, estudiará la naturaleza de la misteriosa energía oscura. En ambas investigaciones participan científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).Solar Orbiter intentará entender los mecanismos del magnetismo y las tormentas en el Sol para así poder predecirlas, algo en lo que los científicos están muy interesados. Tiene una novedad respecto a otras propuestas, y es que este satélite recorrerá casi mil millones de kilómetros hasta ponerse a la altura de Mercurio (a 44 millones de kilómetros del Sol), cuatro veces más próximo a esta estrella que la Tierra.

La sonda estará lo suficientemente cerca del Sol para que pueda estudiar el viento solar poco después de haber sido expulsado de la superficie de nuestra estrella. Al final de la misión, en 2028, se espera que proporcione datos únicos para entender mejor los mecanismos que hacen que el Sol funcione con un ciclo magnético de 11 años.

La energía oscura 

Por su parte, Euclid se adentrará en la explicación del que se presenta como uno de los grandes desafíos de la cosmología y la física actual, cuál es la expansión acelerada del Universo y la energía oscura. Precisamente, los descubridores de la energía oscura y la expansión acelerada del Universo, los astrónomos estadounidenses Saul Perlmutter, Brian P. Schmidt y Adam G. Riess, acaban de recibir el Nobel de Física 2011.

Euclid observará cientos de millones de galaxias distribuidas por una gran parte del cielo para rastrear las trazas esenciales de la energía y la materia oscura, de la gravedad y de la geometría del universo. Medirá la posición y las formas de las galaxias para poner a prueba la teoría general de la relatividad y comprobar si es válida para describir el universo a sus escalas más grandes. Todo un desafío.

«Con la selección de Solar Orbiter y Euclid, el programa demuestra su importancia tanto para la ciencia pura como para las preocupaciones de los ciudadanos: Euclid arrojará luz sobre la naturaleza de uno de los más las fuerzas fundamentales del Universo, mientras que Solar Orbiter ayudará a los científicos a comprender procesos, como las eyecciones de masa coronal, que afectan a los ciudadanos de la Tierra mediante la interrupción, por ejemplo, de las comunicaciones por radio y la transmisión de energía», ha explicado Álvaro Giménez, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA.

Fuente: ABC

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