El Dolmen de Soto reabrirá en julio tras una intensa recuperación integral.

Ha sido investigado, analizado, documentado, restaurado, y por fin cuenta con un programa de tutela, de revalorización y de uso social e integral, por lo que este Bien de Interés Cultural (BIC), que es una de las construcciones megalíticas más significativas del Suroeste peninsular, podrá ser visitado por todos los interesados que durante los últimos años han esperado ansiosos su reapertura.

La reapertura tendrá lugar el mes que viene, una vez que se rematen las últimas actuaciones. Aunque la inauguración estaba prevista para marzo o abril finalmente se ha retrasado unos días tras rematarse los últimos flecos: el equipamiento del centro de visitantes y su gestión, que correrá a cargo del Ayuntamiento de Trigueros.

Desde el año 2004 el Dolmen de Soto, una construcción que pertenece al tipo denominado "de galería o largo corredor" -con sus 20,90 metros de longitud constituye el dolmen más largo de Huelva- ha sido objeto de una serie actuaciones interdisciplinares superpuestas.

 
La inversión total asciende a "más de 1,5 millones de euros". la gestión del conjunto megalítico correrá a cargo del municipio de Trigueros, siendo el propio Ayuntamiento el que canalizará las visitas al monumento, que será incluido en el proyecto de desarrollo turístico de Trigueros, que contempla visitas guiadas por el municipio, lo que tendrá un mayor aliciente cuando la apertura del Dolmen del Soto sea una realidad. Coincide, además, que durante este año se celebra el noventa aniversario del descubrimiento de la construcción megalítica, por lo que el Ayuntamiento ya está organizando distintos actos inaugurales.

Las primeras actuaciones llevadas a cabo fueron campañas arqueológicas para documentar su estado de conservación. Los expertos constataron entonces más registros de los que se pensaban, como el anillo perimetral que rodeaba al túmulo que cubre la sepultura, que está formado por grandes bloques de caliza y conglomerados policromos y que tiene un diámetro de 80 metros, lo que revela el tamaño del complejo. Asimismo, comprobaron el túmulo estaba rematado por una cubierta de piedras de cuarzo blancas, elementos desconocidos hasta entonces y que "han aportado mucha información de cara al proyecto de conservación".

D esta forma, esa primera campaña arqueológica "abrió los ojos a la conservación de un registro perdido" y dejó patente que el de Soto es uno de los dólmenes más grandes de Europa Occidental, configurándose como "una de las obras de mayor belleza y complejidad técnica de la época, con un diseño claramente orientado a perpetuarse en el tiempo y el espacio, y a generar un intencionado impacto visual en el paisaje por sus volúmenes y color".

De la misma forma, las investigaciones permitieron fijar por primera vez de forma científica (mediante dataciones de carbono 14) la fecha de construcción del dolmen a finales del tercer milenio antes de Cristo, hace 4.200 años, lo que se ha conseguido con los análisis realizados en niveles del túmulo preservados hasta el momento, que han permitido obtener registros arqueológicos sobre las condiciones ambientales de la época de su construcción.

En esta primera fase se ha constatado que la cronología, el diseño y el formato constructivo del dolmen lo sitúan como "heredero directo de las tumbas megalíticas del Andévalo", construidas 1.000 años antes. Sin embargo, el gran esfuerzo humano requerido para transportar y manipular los varios cientos de toneladas de los elementos que lo conforman, la complejidad ideológica que denota su formato exterior, los grabados interiores, las áreas de actividad situadas frente a su acceso y su ubicación respecto a otras tumbas de menor tamaño situadas a su alrededor muestran que Soto fue "la tumba central de una de las últimas grandes necrópolis de las primeras sociedades jerarquizadas de Europa Occidental".


Tras la segunda campaña de excavación, en la que se analizó un cuarto del túmulo, se encargó un proyecto de consolidación arquitectónica y de continuación de las campañas de excavación integral del dolmen. Se realizó un trabajo independiente de restauración de los ortostatos integrales (las piedras que conforman la galería de la cámara y la antecámara del dolmen), que estaban en mal estado de conservación. En los estudios previos los expertos determinaron que había sales acumuladas, por lo que se restauró la piedra, se eliminaron esas sales, se fijaron los elementos y se acometió la limpieza y consolidación. Más tarde, ya por último, se dio contenido al centro de recepción de visitantes con un audiovisual, de modo que, en definitiva, no se ha hecho una obra al uso, sino una actuación "a gran escala", cubriéndose el círculo desde la excavación hasta la difusión en el centro de recepción.


Los técnicos también han llevado a cabo un plan de iluminación interior del túmulo, con bañadores que al proyectar la luz sobre los ortostatos provocan que los grabados queden resaltados. Además se ha llevado a cabo un estudio específico de cada uno de los grabados y los especialistas han descubierto "restos de pigmentos que no estaban suficientemente estudiados".

Todo este trabajo realizado por arqueólogos, arquitectos, restauradores, especialistas en grabados y técnicos encargados de la difusión cultural permitirá que el dolmen reabra el mes que viene "en condiciones infinitamente mejores que las que existían antes". De este modo, quien entre en el monumento podrá disfrutar de un dolmen "en perfecto estado de conservación, con un centro de visitantes que tiene contenidos adaptados para que tanto a escolares como personal no especializado puedan entender lo que ven".

 

Fuente: Huelva Información.

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