ISLA SALTÉS, UN TROZO DE HISTORIA.
Situada en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel, en pleno corazón del Parque Natural de las Marismas del Odiel, se alza la isla que hoy llamamos de Saltés o simplemente Saltés, a secas. Sus restos arqueológicos son de los más ricos de la provincia de Huelva, hasta tal punto que su riqueza y su ubicación inspiraron al catedrático de Historia Antonio García y Bellido las siguientes líneas. …la verdad es que su situación en las cercanías inmediatas de una de las explotaciones metalíferas más antiguas e importantes del mundo, las minas de cobre de Huelva, hacía de dicha isla lugar especialmente apto para el establecimiento de un punto de embarque, de trueque o de cambio de mercancías de todo tipo, pero principalmente del mineral de cobre de las viejísimas minas de Huelva; es decir, para el nacimiento de un“emporio”; de una factoría o de una ciudad que, como la de Tartessos –según nos cuentan los textos antiguos– vivía del tráfico de metales.[1]
Lo cierto es que el poeta romano del siglo V d.C., Rufo Avieno, nos dice en su Ora Marítima que la mítica ciudad de Tartessos se hallaba frente al estuario formado por la desembocadura de dos ríos. Pero dejemos de momento las referencias a la mítica ciudad y hagámonos eco de los viajeros árabes. Uno de los más famosos, Al-Idrisi, describe la isla de Salthish o Xaltish como un lugar de hermosos jardines, huertos y pozos de agua dulce que servían para alimentar a la población de la ciudad situada en el paraje de la isla que hoy llamamos El Almendral. Desde 1988, la Casa de Velázquez de Madrid ha ido realizando excavaciones en el entorno, sacando a la luz los restos de una importante ciudad árabe que ejercía de puerto fluvial, lo que facilitaba, dada su inmejorable situación, el transporte de mineral y su posterior fundición in situ, para lo cual habían creado en la ciudad talleres metalúrgicos, colocados de tal forma que sus vapores y estruendos no molestasen al resto de los habitantes. En esas mismas excavaciones se han encontrado restos de un taller de salazón de pescado de la época romana.
Si bien no se han encontrado restos de la mítica ciudad de Tartessos, no es menos cierto que los habitantes musulmanes hicieron de la isla una rica ciudad a la manera tartésica. El deterioro de la ciudad y su consiguiente abandono comenzó antes de la conquista cristiana, pues no hay referencias de la conquista cristiana de la isla. Sí sabemos que fue escenario de una batalla naval entre los navíos castellanos y portugueses, en el siglo XIV.
Desde la Asociación Cultural Nueva Acrópolis queremos promover el conocimiento de nuestra historia, que es el de nuestras raíces y de nuestra forma de pensar, y para ello visitaremos la isla Saltés próximamente.
Amigo lector, quedas invitado.
Javier Ruiz