Los orígenes de la civilización tartésica.

Una fuente clásica es la del historiador romano Justino, que nos va a contar el mito de los orígenes de esta gran civilización llamada Tartessos, y a través de la definición de este mito de los orígenes, nos puede hacer ver esa concepción del mundo que en lo mágico-religioso pudieron tener los tartesios.

Justino nos habla de un período anterior, el cual estaría simbolizado en la figura de Gárgoris. Gárgoris gobernaba a su pueblo en un estado algo salvaje, semiprimitivo; no obstante había hecho algo muy importante: instruir a los curetes, que eran los habitantes de estos bosques tartésicos, en el cultivo de la miel, y además parece ser que estos curetes eran muy buenos ganaderos.

Pero Gárgoris comete incesto con su hija e intenta hacer desaparecer el fruto de este incesto, que es Habis. Hay dos pruebas fundamentales que tiene que superar Habis; lo lanzan al mar, pero se salva milagrosamente y aparece vivo de nuevo en la orilla, y lo envían a la selva para ser devorado por los animales salvajes. En este caso, es una gacela la que se va a encargar de alimentarlo, con lo cual le confiere una cualidad que tendrá toda su vida, y es la agilidad. Crece en contacto con la Naturaleza, y a pesar de estar en esa suerte de mundo caótico, Habis se presenta ante su padre y le reclama su derecho a ser nombrado heredero del trono. Viendo entonces Gárgoris en la supervivencia de su hijo una señal de que podía haber sido elegido por los Dioses, le nombra heredero suyo y, llegado el momento, Habis reina instituyendo una serie de normas civilizatorias. Dice Justino que les enseña a aquellos curetes a cultivar la tierra de modo que aquella forma civilizatoria, aún no demasiado concreta, de tipo ganadero, se convierte en agrícola. También dice Justino que reparte la población en 7 ciudades, les enseña a cocinar los alimentos e instituye también una serie de leyes de comportamiento sobre las cuales nada más se nos dice. Parece ser que cuando los tartesios descubren la forma de trabajar los metales, labran su propia muerte, puesto que los historiadores parecen hacer coincidir el declive de la civilización tartésica con la extensión del comercio de estaño para la fabricación del bronce. Ellos habrían podido mantener en secreto los orígenes de las extracciones del estaño y quizá esas alusiones a los peligros que entrañaba el occidente y la oscuridad de las noches, las medusas y gorgonas que había, podrían haberse orientado a desanimar a aquellos navegantes, tanto griegos como fenicios, a la hora de adentrarse por estas rutas.

Mª Dolores F. Fígares

(Fragmento del articulo Mitos y Leyendas de Andalucía)

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